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Artículo n.º 15010
"Pero... ¿por qué querría tomar café frío?, esa cosa sabe a calcetines viejos y... ¡rancios!".
¡Espera un minuto! Antes de que los adictos al café que lean esto empiecen a desmayarse, aclaremos una cosa: ¡El café preparado en frío no es lo mismo que el café frío! A ver si leéis bien: "EN FRÍO". Después de hecho, lo podéis calentar si os da la gana. Eso sí, en su proceso de preparación, se utiliza agua fría, pero eso es todo. Es simplemente otra forma de preparar el café, nosotros creemos que mejor, porque se trata de un café con menos acidez (lo cual agradecerá tu sufrido estómago).
Mira, si es muy sencillo, solo tienes que mirar el vídeo que te hemos puesto a la izquierda. Para hacer un buen café elaborado en frío, simplemente sigue estas instrucciones: coloca el filtro en el interior del frasco, enróscale al frasco el molinillo, llena el molinillo con los granos del café de tu elección y comienza a moler. Una vez que hayas terminado, retira el molinillo y el filtro (que ahora tendrá dentro el café molido), vierte agua fría en el bote, mete de vuelta el filtro (con el café) y cierra el frasco. Después solo tienes que dejar que la mezcla se asiente a temperatura ambiente o en el refrigerador durante al menos 8 horas (se recomiendan de 12 a 24 horas para obtener los mejores resultados). ¡Y ya está!, por último, solo te quedará abrir el bote, sacar el filtro (ahora vacío) y empezar a ¡disfrutar de tu café preparado en frío! ¿A que ahora te ha quedado todo mucho más claro?