Conforme nos hacemos mayores, la lista de cosas que odiamos no para de crecer y crecer. Es normal. Cuanto más cosas, y sobre todo personas, conocemos, más se acrecienta nuestro odio y misantropía. A veces somos tan tan odiadores, que hasta empezamos a tomárnoslo con ironía y a reírnos de nosotros mismos y nuestro endiablado carácter.

Como esta camiseta, porque la primera cosa que aparece en la lista son las camisetas y la segunda (exacto, lo has adivinado), ¡las listas! Y otras cositas que, como buenos haters, nos van a sacar de quicio son las repeticiones (por eso aparece dos veces), los errores (como el que muestra la camiseta) y, para colmo, hasta que la gente mire nuestra camiseta (si es que ni sabemos lo que queremos).