Seguro que no nos equivocamos al decir que el Necronomicón (cuya traducción literal es “sobre los ritos/leyes de los muertos”), un tomo arcano surgido de la imaginación de HP Lovecraft, es el libro de hechizos más famoso de toda la literatura de fantasía. Tan es así que el libro aparece con frecuencia fuera del mito de Cthulhu, porque ofrece a cualquier mago malvado todo lo que pueda desear: maldiciones, hechizos, rituales de invocación… ¡lo que sea!; si es malvado, está en el Necronomicón.

Pero, vamos, que no hay por qué ser tan maléfico y horrible, que también tienen cabida en esta libreta cosas mucho más mundanas, como listas de la compra, garabatos, tus notas sobre Dios sabe qué, teléfonos, direcciones, ¡lo que sea! El Necronomicón no discrimina, y todas estas cosas y más pueden sustituir a esas viles brujerías que mencionábamos. ¡Y no son pocas las que caben!, ¡ojo!, porque son 180 páginas ilustradas, o sea, espacio más que suficiente para todo lo que quieras escribir en ellas. Vamos, que lo vas pillando, ¿verdad? ¡Exacto!, que solo porque el cuaderno lleve una imagen de Cthulhu en la portada y su descripción original en el reverso, no estás obligado a usar el Necronomicón para hechizos y otros asuntos poco virtuosos, ¿verdad?